lunes, 5 de junio de 2006

La Rendición de Breda

A punto de acabar este lunes 5, tal día como hoy, hace ya 381 años tenía lugar una de tantas efemérides sin mayor trascendencia histórica, pero que en este caso tuvo una importancia artística capital.
Sí, estoy hablando de la capitulación de la ciudad holandesa de Breda, defendida por Justino de Nassau, ante el ejército español, liderado por Ambrosio de Spínola. El sitio de la ciudad fue una acción militar brilante, pero aún así los holandeses resistieron casi diez meses. Finalmente el 5 de junio de 1625, tuvieron que rendirse. Al final, esta victoria quedó sumergida en el intermitente dominio español sobre el territorio de Flandes, pero lo impartante de este suceso y el motivo de que lo haya traído a colación hoy, es el cómo se llevo a cabo esta rendición, de una forma totalmente honrosa.
El ejército español reconoció la valía de sus adversarios y permitió a la guarnición holandesa salier en formación militar, con sus banderas al frente. Los generales españoles dieron la orden de que los vencidos fueran rigurosamente respetados y tratados con dignidad. El general español Spínola esperaba fuera de las fortificaciones al general holandés Nassau. La entrevista fue un acto de cortesía, el enemigo fue tratado con caballerosidad, sin atisbo humillación.
Este momento histórico fue elegido por Velázquez para pintar uno de sus cuadros más magistrales, "Las Lanzas", también conocido como "La rendición de Breda".


En el cuadro se ve como Nassau, al entregar las llaves de la ciudad hace el gesto de arrodillarse ante los vencedores, pero Spínola le coloca una mano en el hombro y le impide esa humillación.
En mi humilde opinión estamos ante uno de los mejores ejemplos pictóricos de lo que es la caballerosidad y la grandeza. Y es que muchas veces es más difícil saber perder que saber ganar.

2 comentarios:

Curumbao dijo...

Hombre, ten en cuenta que es un cuadro hecho por los vencedores. De hecho más que caballerosidad o grandeza, es un cuadro que desde mi punto de vista fué hecho para mostrar que los Españoles eran los buenos de la película, con una actituda má bien Condescendiente de Spinola.

Desde el punto de vista pictórico, es glorioso. Tuve oportunidad de verlo junto a otras obras de Velazquez en el puente este que hubo, cuando estuve en Madrid. Son impresionantes muchas de sus obras.

Ahores dijo...

Lo cierto es que a Velázquez se la traía muy floja la "españolidad", y si pintó el cuadro yo creo que fue para mostrar precisamente eso, que hay que saber ganar también. Pero bueno, como siempre, cuestión de perspectiva.