sábado, 5 de junio de 2010

Último Post

Bueno, pues (ahora sí) ya está hecho. Al final, después de ver diversos hospitales la decisión vino a mí prácticamente sola: el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, prácticamente el último reducto de la Medicina Interna en España. Fue el único hospital "grande" en el que los residentes mayores con los que hablé no estaban quemadísimos. El único donde la Medicina Interna es un servicio prestigioso y de referencia, el único donde las especialidades actúan como tales y no como lo que no son. Era en fin, el sitio al que debía ir.
Y así fue como el día después de correr la Vig-Bay sin morir en el intento apreté el famoso "Enter" en el Ministerio de Sanidad y cogí mi plaza de residente de Medicina Interna.

Ahora llevo ya unas dos semanas trabajando como residente de Medicina Interna en el hospital Vall d'Hebron y poco a poco voy siendo consciente de que acabo de comenzar una nueva etapa de mi vida. Atrás quedan muchas cosas, buenas y malas, aunque más buenas que malas. Ahora se abre ante mí un de momento largo recorrido a través de la formación sanitaria especializada, en el que los próximos meses prometen ser muy duros.
Es un cambio brutal el pasar de ser mero observador como cuando eres estudiante de Medicina a tener ya una responsabilidad sobre tus pacientes. De eso me dí cuenta hace un par de días, en mi primera guardia cuando me pusieron en el triaje. El triaje (galicismo que proviene del francés, aunque aún no aparece en el DRAE) es una labor bastante puñetera que a casi nadie le gusta realizar y por tanto, acaba siendo la labor del último mono del hospital, es decir, el residente de primer año (R1). Consiste en descubrir más o menos que le puede estar pasando al paciente en no más de dos minutos y derivarlo o bien a un especialista de tipo quirúrgico (otorrinolaringólogo, oftalmólogo, urólogo, etc.) o bien a uno de los dos niveles de Urgencias (el nivel 1 para los que no son urgentes y el 2 para los que verdaderamente son urgencias médicas). El objetivo del triaje es no tener a pacientes realmente graves en la sala de espera durante horas y horas y que estos puedan pasar directamente dentro sin esperar demasiado. Dicho así puede parecer hasta fácil, pero cuando tienes a una persona delante y no tienes ni la más remota idea de lo que le puede estar pasando y tienes que decidir si es grave o no... pues acojona, y mucho. Lógicamente, ante la menor duda, siempre los mandamos al nivel 2, pero como es lógico no puedes mandarlos a todos allí porque sino colapsarías las urgencias y estarías haciendo una mala práctica. Así que verdaderamente lo pasé un poco mal en algunos casos. Por suerte, a todo se acostumbra uno y enseguida te das cuenta de que en el fondo, el triaje tiene mucho de sentido común. Con todo, puedo decir que verdaderamente fue el primer momento en el que me sentí más médico que estudiante, porque es verdad que estas primeras semanas nos tienen bastante "protegidos" en la planta e incluso en las urgencias (salvo cuando estamos solos en el triaje).
Además del trabajo como residente también he comenzado otro trabajo como tutor de mi academia del MIR, pues creo que puedo aportar mi experiencia a los nuevos alumnos y dada mi situación actual de recién llegado a Barcelona en estos momentos un pequeño sobresueldo me viene muy bien.
Y por supuesto, en último lugar, aunque no menos importante, en esta nueva etapa que empiezo también hay mucha gente a la que conoceré y que ya he empezado a conocer en las primeras cenas de quedadas de residentes del hospital, un colectivo muy, muy amplio (sobre unos 500 y pico, lo que representa un 40% de todos los facultativos del hospital).
Por todas estas razones y más ha llegado el momento de que la Taberna eche el cierre. Desde que el "Primer Post" inauguró esta casa han sido con esta 477 entradas en las que he escrito acerca de mis muchas inquietudes y puntos de vista. Ahora ha llegado el momento de centrarse en aprender mi profesión, pero es muy probable que en un futuro, cuando ya esté asentado tanto en la ciudad como en el hospital me decida a abrir un blog de temática médica.

Como despedida, me gustaría dejar una última cita, de Carl Sagan, que leí en el magnífico blog La pizarra de Yuri, y dice así:
"Si no somos capaces de pensar por nosotros mismos, si somos renuentes a cuestionar la autoridad, entonces somos sólo marionetas en las manos de quienes están en el poder. Pero si los ciudadanos están educados y son capaces de formarse su propia opinión, entonces los que están en el poder trabajarán para nosotros. En todos los países, deberíamos enseñar a nuestros hijos e hijas el método científico y las razones por las que existe una Declaración de Derechos. Y con ello, una cierta dosis de honestidad, humildad y espíritu comunitario. En el mundo acosado por los demonios donde vivimos por el mero hecho de ser humanos, esto puede ser todo lo que se interponga entre nosotros y la oscuridad."

sábado, 23 de enero de 2010

Ya está (casi) hecho

Apenas quedan unas horas para el momento del examen MIR. Atrás quedan 7 largos meses de preparación específica e intensiva para esta prueba que en el fondo no deja de ser una forma "elegante" de coger número en la pescadería. Y digo que ya está (casi) hecho porque hacer el examen de esta tarde no es más que un mero trámite. Lo realmente duro de esta prueba son sin duda alguna, los meses previos, una carrera de fondo con obstáculos, una prueba de resistencia que ha hecho que algunos lleguen a hoy igual que empezaron mientras que otros han perdido parte de su cordura por el camino (esperemos que la recuperen).
Lo cierto es que esta semana me he encontrado muy tranquilo, pero hoy estoy especialmente relajado, precisamente porque soy consciente de que solo falta el último trámite para abrir la puerta de las merecidas vacaciones que me esperan hasta Mayo. Trámite que hemos pasado ya en 27 simulacros previos, por lo que uno más o menos no va a suponer una diferencia.
Mis expectativas para esta prueba (contando la nota global con el expediente) pasan por quedar entre los 100 primeros y posiblemente entre los 50 primeros. Si no lo consigo no pasará absolutamente nada porque las posibilidades de elección de plaza que manejo se pueden coger sin ningún problema con números de plaza bastante más bajos que esos. Sin embargo, es más una cuestión de amor propio que otra cosa y es verdad que si no lo consigo sentiré que no he dado todo lo que podría haber dado. En unas horas lo sabremos.

Pero más allá del MIR, que como ya he dicho no deja de ser una forma de ordenarnos según un criterio tan bueno como cualquier otro para poder elegir una plaza de formación especializada, estos 7 meses de preparación me han dejado algunos cambios vitales que a la larga serán mucho más importantes que el MIR. El más importante de ellos sin duda ha sido el asentar de forma más o menos permanente un hábito de salud como es la práctica regular de un deporte, el atletismo. Como ya comenté en algún post anterior, antes de empezar a correr llevaba una vida totalmente sedentaria y era prácticamente un paralítico. En estos meses he conseguido perder unos cuantos (bastantes) kilos de más que me sobraban y a día de hoy soy capaz de correr 10 km en menos de 49 minutos o 2 horas por el monte sin excesivo problema, algo que para mí era totalmente impensable hace solo seis meses. Sin duda alguna, dentro de unos meses, cuando esté ya trabajando y recuerde esta época tan particular de la vida de todo "estudiante-médico" lo que recordaré con más cariño será sin duda el cómo pasé de ser un inútil a un corredor de tercera regional.

¿Y después del MIR qué? Vacaciones por supuesto. Y a nivel de objetivos, ahora aparecen dos nuevos retos para mí en el horizonte. No sé si este será el orden en que ocurrirán pero el primero de elllos será el domingo 11 de abril: correr la media maratón Vigo-Bayona. Mi primera media y muchas semanas de duro entreno por medio para llegar a ella pero sé que puedo hacerlo y estoy deseando hacerlo. Mi objetivo es bajar de 1 h 50 min, un objetivo razonable y asequible según lo veo yo, e incluso quizá acercarme a la hora 45 minutos. Ya lo veremos. El segundo de los retos que tendré que superar después de hoy es decidir dónde demonios quiero (y puedo) hacer Medicina Interna. Ahora mismo barajo unas cuantas opciones y ninguna de ellas me convence plenamente. Tengo mucho que pensar por delante, ya que la elección de plaza comienza el día 7 de abril y si se cumplen mis expectativas, probablemente me toque elegir ese mismo día...

En fin... apenas 3 horas para el MIR... ¡allá vamos! La próxima vez que escriba será ya como ex-estudiante.