Repulsión y asco son las dos sensaciones que he sentido hoy al ver las noticias en un bar mientras comía.
1) Repulsión por el atentado , presumiblemente obra de ETA, que representa el fin de una oportunidad de acabar con el terrorismo en España. Repulsión por la utilización de la violencia con fines políticos y como arma de chantaje.
2) Asco por la gentuza (es un eufemismo) que se alegraba por la noticia, tomándose el tema como una revancha personal contra el presidente Zapatero, celebrando la noticia como si fuera un gol del Madrid. Y esto incluye desde ciertos sectores del PP (Acebes debe estar regocijándose como nunca) hasta el lector medio de El Mundo como pude comprobar hoy asistiendo a una conversación absolutamente dantesca. Asco me da esta gentuza, asco. Una cosa es tener discrepancias políticas y otra muy distinta es alegrarse por el terrorismo.
3) Y más asco que he sentido al conocer el asesinato de Sadam Hussein. La pena de muerte nunca será ética, pero al menos esta sería justa si todos aquellos que han cometido el mismo crimen que Sadam, ordenar la matanza de iraquíes, también fueran condenados a muerte. Entre los individuos que han cometido este crimen hay que citar a Bush, Cheney, Rize, Powell, Blair, Aznar...
1) Repulsión por el atentado , presumiblemente obra de ETA, que representa el fin de una oportunidad de acabar con el terrorismo en España. Repulsión por la utilización de la violencia con fines políticos y como arma de chantaje.
2) Asco por la gentuza (es un eufemismo) que se alegraba por la noticia, tomándose el tema como una revancha personal contra el presidente Zapatero, celebrando la noticia como si fuera un gol del Madrid. Y esto incluye desde ciertos sectores del PP (Acebes debe estar regocijándose como nunca) hasta el lector medio de El Mundo como pude comprobar hoy asistiendo a una conversación absolutamente dantesca. Asco me da esta gentuza, asco. Una cosa es tener discrepancias políticas y otra muy distinta es alegrarse por el terrorismo.
3) Y más asco que he sentido al conocer el asesinato de Sadam Hussein. La pena de muerte nunca será ética, pero al menos esta sería justa si todos aquellos que han cometido el mismo crimen que Sadam, ordenar la matanza de iraquíes, también fueran condenados a muerte. Entre los individuos que han cometido este crimen hay que citar a Bush, Cheney, Rize, Powell, Blair, Aznar...
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