Cada día que pasa, más me convenzo de que vivimos en un país absolutamente asombroso, donde pasan cosas que casi parecen de ciencia-ficción.
Hace unos días, comiendo a mediodía en mi casa, estábamos viendo las noticias de la cadena autonómica gallega, TVG, y aparece el señor Carlos Negreira, diputado por Coruña y responsable de Infraestructuras del PP gallego, exigiendo (sic) al Gobierno de la Xunta que termine a corto plazo las obras del AVE y las conexiones de las siete principales gallegas con Madrid (sic). Es dificil no asombrarse cuando uno oye estas cosas. Un señor perteneciente a un partido que ha gobernado Galicia durante 16 (largos, larguísimos) años, período durante el cual Galicia se ha estancado en el furgón de cola de las autonomías españolas, viene a exigir, ¡exigir! para ya mismo las infraestructuras que su partido no ha completado en 16 años.
Realmente hace falta tener una cara muy, muy grande y dura para poder decir esto sin echarse a reir o sin avergonzarse por tener tanta hipocresía política.
Hace unos días, comiendo a mediodía en mi casa, estábamos viendo las noticias de la cadena autonómica gallega, TVG, y aparece el señor Carlos Negreira, diputado por Coruña y responsable de Infraestructuras del PP gallego, exigiendo (sic) al Gobierno de la Xunta que termine a corto plazo las obras del AVE y las conexiones de las siete principales gallegas con Madrid (sic). Es dificil no asombrarse cuando uno oye estas cosas. Un señor perteneciente a un partido que ha gobernado Galicia durante 16 (largos, larguísimos) años, período durante el cual Galicia se ha estancado en el furgón de cola de las autonomías españolas, viene a exigir, ¡exigir! para ya mismo las infraestructuras que su partido no ha completado en 16 años.
Realmente hace falta tener una cara muy, muy grande y dura para poder decir esto sin echarse a reir o sin avergonzarse por tener tanta hipocresía política.
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