Eso es lo que debe de pensar la mayoría de la gente a juzgar por lo que he visto hoy en la Facultad de Medicina.
Hoy, a las 13:30 tuvo lugar una charla en la que la candidatura al rectorado de la USC de Juan Casares se presentaba a la comunidad universitaria de nuestra facultad. Y en dicha charla estuvimos 3 alumnos y unos 15 profesores, ni más ni menos. Realmente me hizo sentir asco, indignación y vergüenza ajena.
A veces, uno se pregunta que pensaría cualquiera de los millones de personas que desde la Revolución Francesa hasta no hace mucho han luchado y dado su vida por la democracia, si se levantasen hoy y viesen esta sociedad. Una sociedad que tiene la posibilidad de elegir a sus políticos y su camino a seguir (cierto es que hasta cierto punto). Una sociedad que tiene las posibilidades soñadas por todas las sociedades precedentes. Una sociedad que nunca ha vivido mejor. Pues resulta que esta sociedad acomodada en la inopia pasa absolutamente de todo y se limita a dejarse llevar por el ritmo que se le marca. Me parece tremendamente triste que no nos importe quien nos representa o quien nos gobierna. Es asombroso el punto de alienación al que nos ha llevado el consumismo desaforado, donde nos preocupa más quien gana el Festival de Eurovisón o la Champions, que nuestro deber como ciudadanos de una democracia. Y sí, digo deber, porque creo que lo mínimo que se le debe a todas esas personas que sacrificaron su vida en aras de una sociedad mejor, lo mínimo es un respeto hacia lo que han conseguido para nosotros y que deberíamos mantener y mejorar. Pero no, ¿para qué? ¿Para que preocuparse mientras tenga tele, movil, ordenador, etc?
Además, puedo entender que haya cierto odio generalizado hacia la clase política, pues al fin al cabo vivimos en un país donde los partidos políticos han descartado totalmente su ideario político en pro de los gestos electorales. Pero, precisamente por eso, la verdadera política, la verdadera democracia está en sitios como las universidades, que permiten a toda la comunidad universitaria elegir a su gobierno. Ahí, en las universidades, los ayuntamientos, las instituciones, es donde aún nos queda política de verdad. Y por eso es muy triste que a nadie le importe. Porque el caso es que esta política en pequeña escala es la que va a repercutir más directamente en nuestras vidas. La elección del equipo rectoral nos va a influir a todos de muchas formas: en el número de plazas en residencias y la concesión de las mismas, los precios de la matrícula, las becas de investigación, los programas de doctorado y post-doctorado, en el desarrollo de la docencia, en el dinero que haya para las prácticas u otras actividades, etc. En suma, todo lo que es la vida universitaria va estar determinada por las decisiones que se tomen en el rectorado.
Por eso mismo, aquellos que pasan de todo, que les dá igual y que no se preocupan ni de informarse un mínimo, aunque solo sea por tener criterio propio, es que simplemente no son personas, solo son masa. A veces, pienso que a muchos les vendría bien vivir unos años de dictadura para que puedan apreciar lo que tienen.
En cuanto a la charla en sí, lo cierto es que la candidatura de Juan Casares me dejó gratamente sorprendido. Se presentan como candidatura independiente, ya que ninguna plataforma ha querido apoyarles y son la única alternativa a la candidatura de Senén, lo cual por cierto también dice mucho a favor de la USC. El caso es que tienen un equipo muy bueno, y prometen cumplir los pocos pero firmes puntos de su programa. Me han parecido gente seria, trabajadora y comprometida. Pero por encima de todo, tienen mucho valor al presentarse como candidatura independiente con unas ideas claras y firmes, porque eso es precisamente lo que suele llevar a la derrota política. Lo normal en este país es que gane quien no tiene programa y promete más.
Así pues, tengo mis dudas sobre si tendrán posibilidades de ganar, porque la candidatura de Senén tiene apoyo del Gobierno (típico nepotismo de la política gallega, aún no desterrado por lo visto) y de las plataformas universitarias. Aunque, también creo que si todo el estudiantado le votase, hay un sector del profesorado que también le va a votar y que podrían ganar. Sin embargo, y visto lo anterior, los estudiantes pasan de todo y al final acabará ganando Senén, la USC continuará endeudándose sin fin en una oscura gestión y tendremos suerte si dentro de unas décadas conseguimos salir del agujero de donde nos estamos empantanando.
A lo mejor soy pesimista, a lo mejor soy realista, no lo sé, la esperanza es lo último que se pierde. El tiempo pondrá a todos en su lugar.
Actualización: Quede claro que este post no pretende hacer proselitismo de ninguna de las dos candidaturas, sino simplemente expresar la preferencia personal del autor por la de Juan Casares. En cualquier caso, lo que se critica no es una opinión u otra, sino la falta de opinión.
Hoy, a las 13:30 tuvo lugar una charla en la que la candidatura al rectorado de la USC de Juan Casares se presentaba a la comunidad universitaria de nuestra facultad. Y en dicha charla estuvimos 3 alumnos y unos 15 profesores, ni más ni menos. Realmente me hizo sentir asco, indignación y vergüenza ajena.
A veces, uno se pregunta que pensaría cualquiera de los millones de personas que desde la Revolución Francesa hasta no hace mucho han luchado y dado su vida por la democracia, si se levantasen hoy y viesen esta sociedad. Una sociedad que tiene la posibilidad de elegir a sus políticos y su camino a seguir (cierto es que hasta cierto punto). Una sociedad que tiene las posibilidades soñadas por todas las sociedades precedentes. Una sociedad que nunca ha vivido mejor. Pues resulta que esta sociedad acomodada en la inopia pasa absolutamente de todo y se limita a dejarse llevar por el ritmo que se le marca. Me parece tremendamente triste que no nos importe quien nos representa o quien nos gobierna. Es asombroso el punto de alienación al que nos ha llevado el consumismo desaforado, donde nos preocupa más quien gana el Festival de Eurovisón o la Champions, que nuestro deber como ciudadanos de una democracia. Y sí, digo deber, porque creo que lo mínimo que se le debe a todas esas personas que sacrificaron su vida en aras de una sociedad mejor, lo mínimo es un respeto hacia lo que han conseguido para nosotros y que deberíamos mantener y mejorar. Pero no, ¿para qué? ¿Para que preocuparse mientras tenga tele, movil, ordenador, etc?
Además, puedo entender que haya cierto odio generalizado hacia la clase política, pues al fin al cabo vivimos en un país donde los partidos políticos han descartado totalmente su ideario político en pro de los gestos electorales. Pero, precisamente por eso, la verdadera política, la verdadera democracia está en sitios como las universidades, que permiten a toda la comunidad universitaria elegir a su gobierno. Ahí, en las universidades, los ayuntamientos, las instituciones, es donde aún nos queda política de verdad. Y por eso es muy triste que a nadie le importe. Porque el caso es que esta política en pequeña escala es la que va a repercutir más directamente en nuestras vidas. La elección del equipo rectoral nos va a influir a todos de muchas formas: en el número de plazas en residencias y la concesión de las mismas, los precios de la matrícula, las becas de investigación, los programas de doctorado y post-doctorado, en el desarrollo de la docencia, en el dinero que haya para las prácticas u otras actividades, etc. En suma, todo lo que es la vida universitaria va estar determinada por las decisiones que se tomen en el rectorado.
Por eso mismo, aquellos que pasan de todo, que les dá igual y que no se preocupan ni de informarse un mínimo, aunque solo sea por tener criterio propio, es que simplemente no son personas, solo son masa. A veces, pienso que a muchos les vendría bien vivir unos años de dictadura para que puedan apreciar lo que tienen.
En cuanto a la charla en sí, lo cierto es que la candidatura de Juan Casares me dejó gratamente sorprendido. Se presentan como candidatura independiente, ya que ninguna plataforma ha querido apoyarles y son la única alternativa a la candidatura de Senén, lo cual por cierto también dice mucho a favor de la USC. El caso es que tienen un equipo muy bueno, y prometen cumplir los pocos pero firmes puntos de su programa. Me han parecido gente seria, trabajadora y comprometida. Pero por encima de todo, tienen mucho valor al presentarse como candidatura independiente con unas ideas claras y firmes, porque eso es precisamente lo que suele llevar a la derrota política. Lo normal en este país es que gane quien no tiene programa y promete más.
Así pues, tengo mis dudas sobre si tendrán posibilidades de ganar, porque la candidatura de Senén tiene apoyo del Gobierno (típico nepotismo de la política gallega, aún no desterrado por lo visto) y de las plataformas universitarias. Aunque, también creo que si todo el estudiantado le votase, hay un sector del profesorado que también le va a votar y que podrían ganar. Sin embargo, y visto lo anterior, los estudiantes pasan de todo y al final acabará ganando Senén, la USC continuará endeudándose sin fin en una oscura gestión y tendremos suerte si dentro de unas décadas conseguimos salir del agujero de donde nos estamos empantanando.
A lo mejor soy pesimista, a lo mejor soy realista, no lo sé, la esperanza es lo último que se pierde. El tiempo pondrá a todos en su lugar.
Actualización: Quede claro que este post no pretende hacer proselitismo de ninguna de las dos candidaturas, sino simplemente expresar la preferencia personal del autor por la de Juan Casares. En cualquier caso, lo que se critica no es una opinión u otra, sino la falta de opinión.
3 comentarios:
Ir no iría a la charla (conste que iba a ir pero tenia problemas personales y me tuve que ir a casa >.<) de todas formas si te sirve de consuelo votar votaré (no se si en blanco o al independiente)
Lo de ir a la charla es lo de menos, porque además fue en muy mala hora. El problema no es ese, sino el pasotismo generalizado y la falta de responsabilidad general, ya no solo de alumnos, sino también de profesores, porque lo mínimo es que hubiesen ido al menos los directores de departamento, pero salvo los de siempre, ni esos estaban
Y, por supuesto, no estaba pensando en nadie en concreto al escribir el post, si es que en algún momento te has podido dar por aludida.
No, no me di por aludida, solo senti verguenza cuando lei cuanta gente fue xD
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