jueves, 27 de julio de 2006

Euskal Party - Día 4

Último día para nosotros ya que teníamos que llegar el martes a Vigo para comer. La verdad es que muy poco me cundió a mí porque me quedé dormido en la tienda hasta las tres y pico de la tarde. Así que básicamente solo me dio tiempo a acabar de bajar todo lo que tenía pendiente en al cola del DC++ y a jugar un poco al WoW. Eso sí, por ser el último día nos saltamos nuestra estricta dieta y osamos probar las pizzas del telepizza de la Euskal, que no estaba nada mal por 12 euros (tamaño familiar).

La anécdota curiosa fue que teníamos previsto recoger todo a eso de las 12 para dormir un poco antes de salir, ya que el plan era levantarse a las 5 y media y salir a las 6 y media de Barakaldo. Pero yo no me di cuenta de lo rápido que pasa el tiempo en las partys y por la tarde empecé a montar una party de 10 personas en el WoW para hacer UBRS. No había mucha gente en el server y la cosa llevó varias horas. Una vez conseguidas las 10 personas resultó que nadie tenía la llave para abrir la instance. Finalmente, media hora después, cuando conseguimos que alguien viniera a abrirnos, curumbao me da en el hombro y me dice ¡que tenemos que recoger! Y basicamente así pasó mi tarde.

Por la mañana acabamos saliendo de Barakaldo a las 7 y tras un ajetreado viaje, en el que descubrí para mi asombro que el tramo de autopista Bilbao-Burgos cuesta ¡15 € de peaje! a pesar de ser una mierda y tener más baches que un camino de cabras. Finalmente llegamos a Vigo a las dos menos veinte, justo a tiempo.

El motivo de llegar tan pronto era que los padres de curumbao celebraban sus bodas de plata, celebración a la que de refión yo también estaba invitado. La comilona tuvo lugar en un restaurante muy cuco llamado Los Abetos, en el que tuve oportunidad de probar un suculento solomillo de cebón. A juzgar por la carta y por los platos que ví, hacen la carne de fábula por lo que en un futuro lejano pienso volver, y desde luego lo recomiendo a cualquiera que disfrute de al carne tanto como yo.
Y ya por la tarde, sin más incidencia que llevarme en la mochila los cascos de curumbao, regresé por fin a casa, hogar, dulce hogar. Lo que queda de semana será mi pequeño descanso, ya que el día 1 vuelvo a irme, esta vez a O Barco de Valdeorras a hacer prácticas de verano.

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