sábado, 6 de mayo de 2006

El Dilema de Epicuro

El jueves pasado en clase de Reflexións Filosóficas, el profesor nos planteó el Dilema de Epicuro ya que estos días estamos tratando precisamente sobre la existencia de Dios, hipótesis que él defiende fervientemente.
El Dilema de Epicuro viene a decir lo siguiente:
"O Dios quiere evitar el mal, pero no puede, y entonces es impotente; o puede y no quiere, y entonces es malo; pero tanto en un caso como en otro no sería Dios".

Curiosamente, cuando yo era pequeño y empezaba a pensar por mí mismo, uno de los principales razonamientos que me llevó al ateísmo fue precisamente éste, aunque por supuesto, planteado de forma más simplona, ya que por entonces yo no sabía ni siquiera quién era Epicuro.

Pero bueno, el caso es que la respuesta que el profesor (filósofo y teólogo) nos dio para este Dilema, fue que no había tal dilema, porque las premisas eran absurdas e irrealizable, ya que el mal es inherente al mundo que conocemos, en tanto que este es finito. Dicho de otro modo, pretender erradicar el mal es como dividir algo en 3 mitades: imposible.
Curioso razonamiento, ya que para hacerlo hay que suponer que la realidad es finita, cosa que no me convence. Obviamente, le discutí eso y le dije que por ejemplo, los números irracionales, son infinitos. Respuesta de él: sí, pero son infinitos falsos. Pos fale. Más tarde, le pregunté a un amigo mío que estudia Matemáticas y me dijo que desconocía ese dato de los infinitos falsos.
Pero bueno, aún aceptando eso, entonces la siguiente pregunta fue, vale, supongamos que el mal es inherente a la finitud, entonces, ¿por qué Dios no nos crea perfectos e infinitos? Respuesta de nuestro teólogo: Porque solo puede haber un infinito absoluto. Tócate las narices. De verdad que por más vueltas que le he dado, no alcanzo a comprender este razonamiento.

En fin, tras este estéril debate, el teólogo estuvo hablando sobre como la Resurrección es la oportunidad que Dios nos da para romper la finitud y bla bla bla. Con todo lo cual, lo único que consiguió fue reafirmarme en mi creencia de que Dios no es más que la solución fácil para los que son incapaces de aceptar que la existencia humana es aleatoria y casual, no tienen ningún fin en si mismo y que es finita, más allá de la muerte no hay nada.


Actualización: Lo he pensado más a fondo y sigo sin comprender que un ser perfecto sea incapaz de crear más seres perfectos. Pero lo que quiero comentar es la paradoja que me propuso mi amigo Javier el otro día: ¿Puede un ser omnipotente crear un objeto tan pesado que él mismo no lo pueda levantar?

3 comentarios:

Curumbao dijo...

Advierto que esto es una opinión de alguien no ducho en el tema, así que seguramente encontrareis incoherencias.

Lo primero es que realmente, a Dios no le interesaría crear seres perfectos como él, si no crear seres imperfectos, susceptibles a caer en la tentación del mal, pero que pudieran superar su imperfección y acercarse lo más posible a Su perfección. Para seres perfectos ya tiene a sus ángeles y arcángeles (atendiendo siempre a la explicación cristiana). Y de todas formas, atendiendo a la fé cristiana, y a cualquier sistema racional de enseñanza, y a Matrix, el puede mostrarnos la puerta, pero somos nosotros los que tenemos que cruzarla, o mejor aún, Él tiene que intentar enseñarnos a pescar, no darnos el pescado. Vamos, que él nos dió las "leyes", y bajó a enseñarnos el camino (ya que aunque técnicamente envió a su hijo, técnicamente también su hijo es Dios también, así que realmente era él, como si jugara a los Sims), y tiene a sus curas e Iglesias por ahí.

El resumen es que es bueno darle de comer al pobre, cierto, pero es mejor enseñarle a producir él sus alimentos, aunque el enseñarle en sí no lo nutra, no?

En cuanto a la perfección, desde mi punto de vista sería imposible crear infinitos perfectos, ya que la perfección (repito, desde mi punto de vista) impilcaría algo imposible de hacer mejor o siquiera igual.

Y mi punto de vista sobre la existencia o no de "Dios" me lo guaro para mí. He dicho.

Ahores dijo...

Hombre, eso es precisamente lo que dice el dilema de Epicuro, que si a un ser perfecto no le interesa crear otros seres perfectos, entonces es egoísta, luego no es perfecto >_<

En cuanto a la perfección, yo parto de la premisa de que Dios es perfecto y omnipotente porque eso asegura la doctrina cristiana, no por capricho.

Omar Amor dijo...

Hay una web peruana donde se denate con ardor los temas que tú planteas. Hay enfrentamientos entre ateos y creyentes, entre creacionistas y evolucionistas.
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